La esencia se mantiene

Los principios cambian de forma para modernizarse

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A propósito de que la conmemoración de los 50 años de nuestro Colegio en 2019 es una buena ocasión para hacer un alto y revisar las bases educativas sobre las que se ha desarrollado la Institución, YACA invitó a la Vicerrectora Claudia Restrepo, a la Coordinadora de Admisiones María Elena Hernández, a las profesoras Ruth Cecilia Jaramillo y Luz Stella Zapata, y al ex Vicerrector Luis Carlos Velásquez, para conversar sobre la evolución de la enseñanza en el Colegio durante este tiempo. 

Aseguran que el espíritu alemán es el motor de la Institución y se ha mantenido. Esto ha garantizado un enlace cultural permanente, que se refleja en elementos pedagógicos, escolares y educativos. De hecho, en los primeros años, el Gobierno alemán estuvo muy presente para garantizar un alto nivel académico en sus colegios en el exterior. Para ello, brindaba constantes capacitaciones a fin de unificar los criterios educativos. Por su parte, el Colegio Alemán Medellín, con el ánimo de garantizar siempre una óptima hora de clase y buscando la excelencia, trabaja con profesionales alemanes expertos en pedagogía. 

¿Qué ha cambiado? Nuestro Colegio ha sabido adaptarse al pasar del tiempo y a las nuevas generaciones. Una de las grandes ventajas es el cambio de rector periódicamente, lo que hace que la Institución nunca esté quieta y siempre se esté acoplando a nuevas ideas y conceptos. 

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Cambios y evolución

El proceso evolutivo ha sido más que evidente: en 1969 eran 22 estudiantes y hoy son 1.107. La primera era una pequeña casa y hoy estamos en un lote de 76.000 metros cuadrados. Pero, más allá de eso, con el tiempo los principios educativos, que permanecen intactos en su fondo, cambian de forma para modernizarse.  

Así, llegaron teorías como el constructivismo, proponiendo que los niños aprendieran haciendo, que tuvieran experiencias significativas para que el conocimiento quedara marcado y dejar la memoria para confiar en el análisis. Las clases magistrales fueron dando espacios a momentos en los que el estudiante también construye conocimiento.  

Del mismo modo, apareció la idea del trabajo cooperativo asegurando que, no solo los estudiantes aprenden sino que los profesores también son aprendices. Esto, además, ha exigido una labor mucho más activa de los profesores, a quienes ha correspondido, inclusive, elaborar material de clase. De hecho, la idea es que en el Colegio Alemán Medellín los profesores trabajan antes y después de la clase pues, durante ella, son los estudiantes los que hacen lo propio, siempre acompañados en el proceso. También se empezó a hablar de diferenciación, un concepto que invita a que esta se reconozca en los procesos de aprendizaje de cada estudiante. 

Estudiantes con criterio

Con el pasar del tiempo, hay elementos que siguen inmutables. Uno de ellos es el perfil del estudiante y del egresado, pues en ambos se reconocen habilidades para enfrentar retos; son críticos, analíticos e integrales; son estudiantes informados, que saben comunicar sus ideas; son indagadores; trabajan bien en grupo, al tiempo que saben ser autónomos y verbalizar de forma correcta sus pensamientos. Además, miran el mundo de forma abierta, lo cual es coherente con el modelo de educación alemán, que al mismo tiempo hace que los profesores no estén estáticos y, por el contrario, siempre estén pensando cómo mejorar. 

Así, en 50 años se ha construido un Colegio con cimientos sólidos, con un trasfondo educativo de valor, pero que, al mismo tiempo, ha sabido leer los cambios, se ha adaptado a las nuevas generaciones y ha demostrado ser lo suficientemente dinámico para sostener criterios de excelencia. 

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