Así entendemos el modelo híbrido

Con el inicio de 2021, asumimos los retos que impone la nueva normalidad. Mientras en 2020 la presencialidad tuvo que ser remplazada por escolaridad en casa, este año tiene como principal reto ajustar nuevos modelos educativos, basados en la alternancia, que permitan vincular el aprendizaje virtual y presencial. 

Gracias a la implementación de mejoras tecnológicas, el Colegio ha adoptado el modelo híbrido como una opción para garantizar la bio-seguridad de toda la Comunidad Educativa y el retorno de la mayor cantidad posible de estudiantes al Campus. La Rectora, Anke Käding, explica que este consiste en “combinar las clases presenciales con elementos virtuales o con estudiantes que se encuentran en un espacio virtual”. Mientras una semana algunos estudiantes asisten a clases presenciales, otros siguen su proceso de aprendizaje participando, también, como si estuvieran en el salón de clase, pero de manera remota, haciendo uso de las herramientas tecnológicas que así lo permiten. Para la señora Käding “ha sido un desafío; el reto más grande es generar la misma experiencia para todos los estudiantes; sin embargo, hemos visto cómo este modelo ha permitido el desarrollo de nuevas competencias”. 

Manuela Vogelgesang, líder del Equipo de Capacitación, explica que el modelo implementado varía de acuerdo con la Sección e, incluso, con el grado, pues es importante entender que cada edad tiene exigencias diferentes. Así, mientras todos los estudiantes del Kindergarten y Klasse 1 tienen la posibilidad de asistir de forma permanente al Campus, desde Klasse 2 se estableció el nuevo modelo, con temas importantes de diferenciación. “Estudiantes más grandes pueden hacer trabajos de forma independiente; los más pequeños necesitan un acompañamiento más activo”, agrega la señora Vogelgesang. Es por eso por lo que, además, día a día, se hacen evaluaciones y ajustes que permitan garantizar que las clases alcancen el nivel de exigencia necesario.

Además de las capacitaciones técnicas, en las que los profesores han aprendido a manejar los recursos tecnológicos, el Colegio ha abierto espacios colaborativos para que ellos compartan sus experiencias. De este modo, “se establecen conexiones que potencializan el desarrollo e invitan a que se aprovechen herramientas. Queremos que los profesores sean creativos en la planeación didáctica y que, entre todos, planteen ideas para entender cómo aprovechar que estén en casa”, dice Manuela Vogelgesang. “Son espacios que permiten el intercambio de ideas, algo muy valioso cuando se habla de desarrollar la oferta y de ampliar los conocimientos”, concluye Anke Käding. 

Uno de los retos más importantes ha sido permitir que los estudiantes que están en casa puedan sacar el mayor provecho de la hora de clase. “Áreas como Ciencias necesitan de la presencialidad en los laboratorios para algunos aprendizajes específicos”, explica Cristian Müller-Ortiz, Jefe del Área de Ciencias Naturales. Por ello, se creó un protocolo que permite que quienes asisten al Colegio aprovechen las instalaciones para realizar sus experimentos y para que quienes se queden en casa puedan hacer actividades con objetos cotidianos. “Buscamos que las experiencias sean similares y puedan complementarse”, argumenta el señor Müller-Ortiz.

Con los estudiantes más pequeños, el compromiso de los padres debe ser más alto. A medida que se hacen más grandes, el nivel de independencia va aumentando. Sin embargo, también es fundamental que desde la casa se propicie la autonomía y evitar la sobreprotección. Por otro lado, se debe crear un espacio para el estudio, en el que no haya distracciones, y es necesario tener una comunicación constante. “Propiciamos una comunicación activa de parte y parte. Es importante que tanto padmunicación activa de parte y parte. Es importante que tanto padres como profesores estén informados”, dice Manuela Vogelgesang.