También aprendemos del error

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Equivocarse es fundamental en todos los procesos de aprendizaje. En el Deutsche Schule Medellín entendemos que aprender es una construcción desde la falla y el acierto.

El día a día de una persona la enfrenta a procesos de aprendizaje cotidiano. Desde lo familiar, lo laboral y lo académico, somos seres en constante aprendizaje y cada paso que damos es una oportunidad para descubrir algo nuevo. Del error queda el aprendizaje y la certeza de que, gracias a las equivocaciones, las cosas siempre pueden hacerse mejor. Para aprender, para entender cómo funcionan las cosas y cómo funciona la vida, es necesario, también, equivocarse. Aprendemos de los aciertos y de los errores. Esto lo sabemos en el Deutsche Schule Medellín: nos permitimos crear escenarios para que niñas, niños y jóvenes descubran y se equivoquen.Sabemos que el error hace parte del aprendizaje: cuando se está aprendiendo a caminar, son más las caídas que los pasos que se dan y, aun así, cada vez que nos levantamos nos fortalecemos hasta que, el día menos pensado, caminamos y luego, corremos. Desde la teoría, entendemos que el error es necesario: de ese modo, profundizamos en un asunto y hacemos evidente todo el proceso de aprendizaje. El error amplía la forma en la que entendemos el mundo; esto, sabiendo que el aprendizaje no es un absoluto. El cerebro construye y procesa la información: registra aquello que no está bien para que, en el futuro, cuando se repita la situación, ya se sepa cuál es el camino correcto. Solo así se tendrá una comprensión profunda de las cosas.

METODOLOGIA

En el DSM sabemos que, errar es de humanos, que fallar no es el fin de un proceso y, al contrario, es la primera pregunta, es algo valioso que nos permite entender dónde tenemos que hacer ajustes, que nos deja reflexionar, generar dudas, indagar el porqué de las cosas. Es una invitación al desarrollo cognitivo, que nos permite entender la razón de que algo no funciona y a buscar la solución para saber cómo enfrentar la situación, cuando se vuelva a presentar.

Nuestros profesores y estudiantes tienen claro este conocimiento y la actitud que fomentamos frente al error. De hecho, en muchos casos permitimos el error, pues favorece el aprendizaje en el aula de clase. El pensamiento científico nos invita a lanzar hipótesis e intentar comprobarlas; en ese proceso, se toman caminos equivocados para, finalmente, encontrar uno, o varios, que ayudan a confirmar o negar lo que se pensaba. Así trabajamos en diferentes proyectos como Pequeños Científicos o las monografías del Bachillerato Internacional, GIB. Enseñamos que el conocimiento muchas veces no llega por intuición o de forma inmediata, sino que se necesita de mucho trabajo y, por ello, de muchos traspiés.

Es importante desarrollar tolerancia a la frustración: los estudiantes deben darse cuenta de que no todo lo tienen hecho, de que no todo es fácil y de que se requiere esfuerzo para aprender un tema nuevo. Este es un camino que se recorre en compañía de profesores y de los pares, que también aportan experiencias y puntos de vista. Para nosotros es muy valioso que toda la Comunidad Educativa entienda que el error y la frustración son importantes para la enseñanza.

Sabemos, también, que los errores pueden ocurrir por situaciones y momentos personales; por eso, los abordamos desde la diferencia y con empatía, para entender condiciones académicas y personales que pueden inducir mucho más fácilmente a que se responda de manera equivocada.

Queremos que nuestros estudiantes estén conscientes del error; que lo entiendan, que lo hagan evidente y que aprendan de él. Buscamos que haya conciencia y comprensión, no solo en el ámbito académico, sino también en el social.