El abuso de videojuegos, un problema de salud mental

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Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la adicción a los juegos de azar y a los videojuegos en el Manual de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).

Para este ente, la adicción a los videojuegos es un patrón de comportamiento de juego persistente, en el que a la persona se le dificulta parar de jugar, afectando su calidad de vida y autonomía.
La prevalencia de este trastorno oscila entre el 1 % y el 50 %. Con toda seguridad, las estadísticas mundiales podrían ser alarmantes, si tenemos en cuenta la exposición que tuvieron niños y adolescentes a las pantallas debido a las dinámicas derivadas de la pandemia durante los últimos dos años.

Los videojuegos pueden ser plataformas sociales de gran valor pues, según la ONU y el Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil del Reino Unido, “pueden proporcionar beneficios educativos, fisiológicos, psicológicos, recreativos y sociales a los jugadores”, pero es importante distinguir el uso del abuso: “Aunque pueden desarrollar algunas habilidades y posibilitar oportunidades de encuentro entre las personas, tienen un enorme potencial adictivo, dada su capacidad de activar los sistemas de respuesta de placer del cerebro y sustituir con facilidad otras actividades que aportan tanta alegría, entretenimiento y socialización”, explica Sergio Pareja, Consejero del DSM.

Si identifica algunas señales de alerta por el uso problemático de los videojuegos (ver recuadro) propicie estilos de vida más sanos, busque nuevas aficiones que requieran otros entornos, establezca límites de tiempo y busque la ayuda de un profesional experto en adicciones.

Características de la adicción a los videojuegos

  • Pensamientos, recuerdos y fantasías constantes sobre los videojuegos.

  • No poder dejar de jugar e invertir cada vez más tiempo en ello.

  • Estallidos de ira, si la partida termina al margen de su voluntad.

  • Deterioro en la capacidad de controlar cuánto tiempo jugar.

  • El uso de videojuegos se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria.