Ahorrar para ayudar

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Cada mes, los estudiantes del Deutsche Schule Medellín hacen un aporte solidario para apoyar a estudiantes de otras instituciones educativas.

 

Con 4.000 pesos mensuales, los estudiantes del Deutsche Schule Medellín ayudan a construir mejores vidas. Este dinero se invierte en programas solidarios en instituciones educativas cercanas al Colegio. De acuerdo con las necesidades de cada una, se establecen prioridades para determinar el mejor uso. Gracias al trabajo de estudiantes de Klasse 11 y 12, se ha hecho una sensibilización frente a esta contribución. “Nosotros lo hacemos desde que estamos muy pequeños”, explica la estudiante María Vélez. Y como ya han interiorizado esta donación, han empezado una campaña para invitar a los estudiantes a que hagan este aporte, reservando para ello una parte de lo que sus familias les dan para sus gastos menores. “Si del dinero que reciben, ahorran mil pesos semanales, es mucho lo que pueden ayudar”, expresa Claudia Restrepo, Vicerrectora Académica del DSM - Deutsche Schule Medellín.

 

La solidaridad es algo que se aprende, en primer lugar, en la familia y, luego, otros actores como el Colegio, entran a reforzar esa actitud.

 

“Somos personas muy privilegiadas y dar, desde lo que uno tiene, es una satisfacción muy grande”, afirma la estudiante Victoria Bautista. En el caso de María, hasta Klasse 7, sus padres eran quienes le daban el dinero para la donación, “pero yo tenía que decirles, era algo que debía nacer de mí. Cuando empecé a recibir mesada, desde el principio me enseñaron a que de ese dinero debía hacer una contribución”.

Para la Vicerrectora, la solidaridad es algo que se aprende, en primer lugar, en la familia y, luego, otros actores como el Colegio, entran a reforzar esa actitud. “El objetivo es que nuestros estudiantes aprendan que su papel es clave en la sociedad; que hacen parte de una cadena, de un engranaje, que hace que las cosas funcionen. Y si yo hoy doy, eso lo contagio, y otros harán lo mismo”.

Estudiantes de Klasse 11 y 12 vienen adelantando un trabajo de solidaridad, donando su tiempo y su conocimiento para acompañar procesos en algunas instituciones cercanas. Ellos, al ver el impacto de lo que su trabajo ha logrado, se han preocupado por hacer difusión de lo que significa ser solidario y, sobre todo, que esto sea algo personal

y no algo que le queda como responsabilidad a los padres de familia. “Queremos ser el puente entre las personas que lideran los programas de solidaridad en el Colegio y los estudiantes y, también, de las personas que se benefician de nuestras acciones con la Comunidad Educativa”, explican María y Victoria, quienes a través del programa CAS (Creatividad, Actividad y Servicio), uno de los pilares del Bachillerato Internacional, hacen parte de los grupos que intervienen en instituciones de escasos recursos. “Queremos, por ejemplo, hacer salidas pedagógicas con todo el Colegio, para que sean ellos mismos los que conozcan a las personas que se benefician; que tengan un contacto cercano”, agregan.

 

Estudiantes de todas les secciones hacen un aporte de $4.000 mensuales para apoyar diversos programas de solidaridad.
 

Otro de los mensajes que buscan entregar es el de compromiso con la sociedad: “cuando la donación sale de nuestros propios recursos, la satisfacción que se siente es enorme. Queremos que los niños y niñas aprendan a compartir. Vivimos en un mundo en el que hay muchas necesidades que damos por sentado”, dice Victoria.

Claudia Restrepo recuerda, también, que esta pequeña donación significa para muchas familias “alegrías, sonrisas, saber que por unos días no habrá hambre o, tal vez, un momento de ocio. Sabemos que no es una gran transformación, pero nos aseguramos de que nuestros estudiantes estén tocando la vida de otros de forma positiva”, y agrega: “es una semilla que estamos sembrando, para que cuando lleguen a su vida profesional sean verdaderos transformadores”.