Gestionar emociones en familia

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Aunque siempre se ha dicho que hay que controlarlas, en realidad, el concepto ideal es el de gestionarlas. “Las emociones se van trabajando, no se controlan, son necesarias y naturales en el ser humano”, explica Elizabeth Muñoz Londoño, Coordinadora de Convivencia Escolar.

 

“Las emociones son nuestras reacciones ante situaciones que se presentan en el día a día”, explica. Sentirlas es normal; sin embargo, hay que aprender a gestionar nuestras respuestas ante ellas, para que no se salgan de control. “Cuando somos pequeños, son mucho más fuertes. Con el paso del tiempo aprendemos a regularlas: por ejemplo, dejamos de reaccionar llorando, porque al aprender a hablar, podemos expresarnos de otras formas”. Por otro lado, la convivencia también va dando luces sobre cómo gestionar las emociones.

“En familia se aprende. Además de la relación con el otro, hay un autoconocimiento y vamos aprendiendo a saber cómo reaccionamos y cómo lo hacen los demás”.

 

Lo que la experta recomienda es no reprimir las emociones y, para hacerles una gestión adecuada, desde la familia, se propone:

• Invitar al otro a expresar o comunicar la emoción: siempre será mejor explicar a los demás las razones por las que se actúa de una u otra forma.

• Comprender que todos los miembros de la familia reaccionan de formas diferentes, ante situaciones iguales.

• Conocer la forma de reaccionar de los miembros de la familia ante diversas situaciones, para poder ayudarles a gestionarlas.

• Desarrollar un estilo de comunicación efectiva: escuchar al otro, sin juzgarlo.

• Expresar afecto, pues, esto genera un vínculo.

• Cuidar la autoestima de los demás: contar hasta diez antes de lanzar comentarios hirientes.

• Crear un ambiente sano y positivo al interior de la familia. Es bueno hablar de las emociones antes de que hayan aparecido.

• Brindar espacios para que cada persona pueda gestionar sus emociones. Hay que recordar que nunca se deben reprimir.

• Fomentar actividades que ayuden a anticipar cómo gestiono mis emociones. Pueden ser juegos de rol, juegos de mesa, entre otros.