Salir del Colegio es más que un paseo

El sentido de las salidas pedagógicas

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Visitar un museo, recorrer una plaza de mercado, montar en Turibús, viajar a Isla Fuerte… la lista crece y crece y lo que parecen paseos, en realidad son salidas pedagógicas pensadas y planeadas para lograr objetivos educativos. “Nuestras salidas pedagógicas están enfocadas en el refuerzo de temas trabajados en clase”, expresa Paula Andrea Álvarez, Directora de Grundschule. “El estudiante es el protagonista de su proceso de aprendizaje, por lo que estas actividades permiten un aprendizaje más significativo”, agrega.

 
 

En ese sentido, Oscar Ceballos, Director de Mittelstufe, afirma que estas salidas permiten que los conceptos aprendidos en los salones de clase se vean en la realidad: “Es la posibilidad de experimentar, de que no se queden solo con una idea teórica”. 

Según el teórico estadounidense David Ausubel, el aprendizaje significativo es un tipo de aprendizaje en el que un estudiante relaciona la información nueva con la que ya posee, reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en este proceso. Es aprender haciendo, es entender que, en el proceso formativo, no solo el profesor es dueño del conocimiento, sino que el estudiante también puede aportarlo. 

Una salida pedagógica hace parte de un proceso de formación integral y debe adecuarse a las necesidades de cada estudiante. “En Kindergarten, por ejemplo, nos centramos mucho en que los niños descubran el mundo que los rodea”, dice Anne Krüger, Directora de esta Sección, quien hace énfasis en que los más pequeños aprenden, por ejemplo, que hay un mundo distinto al del Colegio en el que las cosas son muy diferentes. “Cada salida debe estar unida con los proyectos que desarrollamos en el aula. Después de realizar una de estas actividades, los profesores hacen refuerzo sobre lo visto por fuera, para que el conocimiento se haga evidente”, explica. 

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Nuevas competencias

Aunque el objetivo general de la salida pedagógica está relacionado con ampliar conocimientos, estas van mucho más allá. Laleh Assadipour, Directora de Oberstufe, asegura que “esta es una forma de sacar al estudiante de su rutina escolar y darle la oportunidad de enfrentar todo lo aprendido, para incentivar su pensamiento lógico”. De ese modo, se desarrollan competencias adicionales a las académicas. 

Al enfrentarse con espacios ajenos a las aulas, los estudian-tes evidencian que “la realidad no está fragmentada en saberes, sino que es una totalidad: las diferentes materias convergen en un solo discurso, que permite explicar la realidad desde diferentes puntos de vista”, argumenta Oscar Ceballos. 

Se trasciende de esta forma lo académico y se empieza a hablar del desarrollo de competencias que tienen que ver con el relacionamiento con los demás: “las salidas pedagógicas nos sirven, por ejemplo, para aprender normas, para que los niños aprendan a compartir; incentivan lo emocional, el trabajo en equipo y fortalecen las relaciones en los grupos”, expresa Anne. 

Por otro lado, se refuerzan valores como la convivencia, la empatía, el respeto y la convivencia. “Los niños aprenden a valorar el trabajo entre pares y empiezan a entender que el conocimiento también puede ser generado por ellos mismos”, concluye Paula. 

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