La Pascua: tiempo de alegría

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El conejo de Pascua llega con la primavera  

La naturaleza despierta y el frío le da paso lentamente al clima cálido. El sol se deja ver y los días duran más. Los animales dejan sus madrigueras y las aves regresan. Es tiempo de empezar nuevamente y de brillar. Regresa la primavera y su llegada coincide con la de la Pascua u Ostern, en alemán. Claudia Cardona, profesora de alemán de nuestro Colegio, ha estudiado a fondo las tradiciones alemanas en esta época y nos explica que muchas de ellas vienen de tiempos antiguos y que, con el pasar de los años, se fueron integrando a los rituales latinos y, luego, a los judío-cristianos. “La Pascua es una de las celebraciones más importantes en Alemania”, recuerda Claudia. “La gente decoras sus casas con árboles llenos de huevos, los niños salen a buscar los huevos que les deja el conejo de Pascua y los pueblos se llenan de tradiciones”. 

Por su parte, Sven Rolfs, Jefe de Área de Alemán, recuerda su niñez y cómo el inicio de la pri-mavera estaba lleno de fiestas. “El conejo llega el Domingo de Pascua cargado de huevos, dulces y chocolates”. Y es que la celebración de la Pascua es, en Alemania, “¡una fiesta de alegría! Celebran la resurrección de Cristo; muy distinto a nuestra cultura, que se enfoca más en recordar la Pasión”, explica Claudia. Y esa resurrección es, precisamente, el símbolo de las fiestas: el renacer de la naturaleza. 

Las tradiciones de Pascua

El conejo

Ostara era la diosa germánica de la primavera. Era representada con animales como la liebre, el conejo, las cigüeñas, las golondrinas y, obviamente, con las flores. El conejo era el símbolo de la fertilidad y, por eso, se le rendía culto en primavera, pues así se aseguraba una buena temporada. Con el tiempo, el conejo se fue incluyendo y adaptando a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania. Hoy, la tradición cuenta que el conejo de Pascua esconde huevos y dulces para los más pequeños. 

Los huevos de Pascua

Los huevos también son símbolo de fertilidad y es por ello por lo que son esenciales en las fiestas de la Pascua. Una leyenda cuenta que un conejo, que vivía en la cueva que sirvió de sepulcro a Jesús, fue el primero en darse cuenta de que había resucitado. Para avisar a las personas, decidió entregar un huevo pintado, simbolizando la vida y la alegría.  

El fuego

Este elemento también es signo de la purificación que trae Jesús. En Pascua es tradición encender una rueda de madera rellena de heno y ponerla a girar cuesta abajo. Si la rueda llega con fuego a la base de la colina, se espera una cosecha abundante. Si, por el contrario, la rueda de apaga, será un año difícil. Después de la rueda, se hacen los fuegos pascuales para despedir el invierno.